Virgen Maria modelo de mujer integra
lunes, 27 de julio de 2015
Maria nos enseña...
La Virgen María nos enseña:
- Confianza en Dios
- Ejemplo de Madre
- Ejemplo de Si por la Vida sin importar los problemas
- Ejemplo de Familia con Jose
- Ejemplo de ser Discípulo de Cristo
- Ejemplo de Pureza
- ...
El primer elemento de admirar es la valentía de la Virgen María. La Biblia relata algunos ejemplos, pero de seguro hubo muchos más. Cuando era muy joven, se enfrentó a la posibilidad de ser rechazada y apedreada, al acceder a ser la madre del hijo de Dios demostrando coraje y obediencia a Dios. María no cuestionó la voluntad de Dios y confió. Aún con el honor de ser Madre de Dios, permaneció humilde. A través de los escasos versículos sobre ella que existen en la Biblia, podemos distinguir una mujer de una pureza y una generosidad extraordinaria. Especialmente con la prueba enorme de valentía y aceptación a la voluntad de Dios, al permanecer junto a su hijo Jesús a través de su crucifixión y muerte.
Dios honró a la mujer y distinguiendo el valor extraordinario de la virginidad y de la maternidad biológica, al escoger a una mujer para enviar a su hijo a la Tierra. Y Jesús señaló el valor de la maternidad espiritual de María, al darla desde la cruz como madre a todos nosotros. Los atributos de esta mujer y sus virtudes debemos imitarlas los cristianos, si aspiramos entrar al Cielo.
Tres oraciones Diarias a la Virgen Maria
1. BENDITA SEA TU PUREZA
Bendita sea tu Pureza, y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa Belleza. ¡A ti Celestial Princesa, Virgen Sagrada María! yo te ofrezco en este día: alma, vida y corazón; ¡mirame con compasión, no me dejes Madre mía sin tu santa bendición! Amén.
2. ACORDAOS (ACUERDATE)
Acuérdate, oh Piadosísima Virgen María, que JAMAS se ha oído decir que NINGUNO de los que han acudido a tu protección, implorando tu asistencia y reclamando tu socorro, haya sido abandonado de ti. Animado con esta confianza, a tí también acudo, oh Virgen Madre, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante tu Presencia Soberana; no deseches, oh Purísima y Santísima Madre de Dios mis humildes súplicas, antes bien escuchalas y atiéndelas favorablemente. Amén.
3. CONSAGRACION BREVE
Oh Señora mía, Oh Madre mía: yo me ofrezco del todo a ti, y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día: mi cuerpo, mi alma, mi mente, mi espíritu y mi corazón, en una palabra todo mi ser; ya que soy todo tuyo, Madre de bondad, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén.
Principales Características de Maria
Contemplación
María aparece en los evangelios como una mujer que medita y profundiza los acontecimientos para descubrir en ellos la luz de la Palabra de Dios. María guarda en su corazón palabras, gestos y actitudes, intuyendo que se encuentra ante el hecho misterioso de la salvación de Dios.
Hoy el mundo necesita personas contemplativas que, a la luz de la fe, mediten la presencia de Dios en nuestra historia.
Disponibilidad absoluta a Dios
El «Sí» de María en la Anunciación es un «Sí» generoso y total que no sabe de tacañerías, limitaciones y condiciones... María estuvo siempre de parte de Dios, al servicio de su acción en el mundo. Ella es modelo de disponibilidad absoluta al amor de Dios y a lo que Él nos pide para la construcción del Reino en nuestra sociedad.
Servicio dedicado a los demás
La vida de María fue una vida de servicio. La ayuda que prestó a su prima Isabel, a los novios de Caná y a los temerosos discípulos reunidos en el Cenáculo, son un botón de muestra. Con esta actitud de servicio, María nos enseña que a Dios lo encontramos en el hermano que tiene necesidad de ayuda.
Comprometida en la tarea de la liberación
María tiene la experiencia vital de su pobreza, indigencia y necesidad de la intervención salvadora de Dios. Ella es la primera entre los humildes y olvidados de la tierra. Ella es la primera liberada por Dios.
María, en el canto del «Magnificat» (Lc 1, 46—55), proclama que Dios ayuda a los humildes y cambia la situación de injusticia, de opresión y de privilegio que tratan de mantener los poderosos para su propio provecho.
María es signo de liberación para todos nosotros. Como ella, podemos aspirar a nuestra propia y total liberación del mal, del pecado y de las esclavitudes o situaciones injustas, contando con la ayuda de Dios.
Fidelidad en el sufrimiento
María, unida en todo a su hijo Jesús, conoce bien pronto el alcance de las palabras que le dijo el anciano Simeón: «una espada te atravesará el corazón» (Lc 2, 35). María siente esa espada de dolor a lo largo de toda su vida en forma de destierro, angustia, persecución, incomprensión, pérdida de su Hijo, soledad...
El dolor de María alcanza su punto culminante en el Calvario. Ahí, de pie junto a la cruz, ve morir a su Hijo. Tiene la experiencia más amarga de la injusticia y de su propia impotencia.
María con su fortaleza nos descubre el sentido cristiano del dolor y nos anima a continuar con fidelidad y esfuerzo nuestras responsabilidades de hombres y cristianos.
Maria, la joven de nazaret
María fue una muchacha de su tiempo. Llevó, sin duda, la vida normal de una joven israelita, en el seno de una familia creyente, según los usos y costumbres de su época. Creció con las ilusiones lógicas de su edad y compartió la esperanza de su pueblo en las promesas de Dios.
María era todavía una jovencita cuando Dios le propone la noble misión de ser la Madre del Salvador. Dios, de esta manera, irrumpe en la vida de María cuando ella es joven, cuando apenas empieza a abrirse al mundo, cuando su corazón está lleno de ilusiones, de proyectos y de ideales grandes.
Y María se entrega generosamente al plan de Dios. Le dice «Sí». Firma en blanco para el Dios sorprendente que le va a llevar por caminos insospechados y nuevos.
María con su respuesta pone de manifiesto una gran capacidad de fe, de confianza, de entrega y disponibilidad. Pero también muestra su ESPIRITU JOVEN por aceptar el compromiso arriesgado, por su apertura a lo nuevo y por su corazón grande.
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